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Andres

  

maxi

franco & michel

 

  


Until very recently, transgender people in Chile seeking to change their name and sex on their official documents were first required to undergo a hysterectomy and gender-confirming surgery, some were made to strip naked and be photographed in front of government officials, and many needed the official approval of a psychologist for their identification to reflect their gender identity.

This dehumanizing process was full of unpredictable barriers that varied depending on the judge assigned to the case. Through pure chance, some trans people landed a progressive judge who would approve a case without issue, whereas others would be sent on an obstacle course of horrors only to come back to the judge and still be denied. One trans man recounted the story of a petitioner who was denied because he was wearing a pink shirt in the photos he submitted. The judge apparently considered the colour pink an affront to masculinity.

When a petition is rejected, one can file an appeal - and it was through this process of petition, denial, and appeal that brought one transgender person’s case to the Supreme Court of Chile. In May 2018 the court published its opinion that the petitioner should be allowed to change their name and sex on their identification. The court went even further: stating that changing one’s gender identity should be immediate, based on self-identification, shouldn’t require medical certificates, surgery, or hormones, and - where possible - free.

We visited Chile in 2017, while the old rules were still in effect, and heard stories of discrimination and violation. There were doctors that gawked at genitals and transphobic judges who flouted rules and regulations. One transman called attention to the problem and noted that while there are protections on paper, it may very well be different in practice. Only a few months have passed since the precedent-setting decision mandating the process be simplified and dignified and we hope that the message has spread to every city, town, and judge.

In writing its decision, the court affirmed the right of all transgender people to be treated with respect and afforded the human rights guaranteed by international treaties. The judges looked to the Inter-American Court of Human Rights’ Consultative Opinion on Gender Identity and Marriage Equality which declared that a person’s ability to self-identify is central to their personhood, ability to work, education, and freedom from persecution. The IACHR expounded the importance of the right to self-identify, noting that without it, access to all the other rights thought to be inalienable may be breached or even abolished at the hands of discrimination and transphobia.

The Supreme Court of Chile pointed to many international treatise consecrating the rights and freedoms of all people. It is lofty to imagine that the stroke of a pen removes all discrimination and hate. If that is the goal - why maintain the status quo of the gender binary? Why keep the boxes demarcating female and male? Why force transgender people to hire lawyers, pay money, and jump through hoops? Why not abolish the little boxes altogether? Why does sex matter if all these treaties say all humans are equal?

Hasta hace muy poco, a las personas trans de Chile que querían cambiar su nombre y sexo en sus documentos oficiales se les exigía haber tenido una histerectomía y cirugía de reafirmación de género, a algunxs se les exigió desnudarse y ser fotografiadxs frente a trabajadorxs del estado, y muchxs necesitaron una aprobación oficial de parte de unx psicólogx para que sus documentos de identidad reflejaran su identidad de género.

Este proceso deshumanizado estaba lleno de impedimentos impredecibles que dependían del juez que se asignara al caso. Por pura suerte, algunas personas trans llegaban con jueces progresistas que aprobarían el caso sin mayores dificultades, mientras que otrxs tendrían que recorrer un camino lleno de obstáculos para que el/la juez igual les negara al cambio. Un hombre trans nos contó la historia de otro trans masculino al que se le negó el cambio en la documentación por llevar una camisa rosada en las fotografías que presentó. Aparentemente, para esx juez vestir de rosado negaba su masculinidad. 

Cuando se niega una petición se puede apelar. Y fue a través de este proceso de petición, negación y apelación que el caso de una persona transgénero llegó a la Corte Suprema de Chile. En Mayo del 2018 la corte publicó la opinión en la que expresa que a cualquier persona se le debe permitir el cambio de nombre y sexo en su identificación. La corte inclusive fue más lejos declarando que el cambio de identidad de género debe ser algo inmediato, basado en la identificación personal y no debe requerir certificados médicos, cirugías, hormonas, y -cuando sea posible- debe ser gratis. 

Visitamos Chile en 2017, cuando las viejas reglas aún estaban vigentes, y escuchamos casos de discriminación y violaciones de derecho. Hubo doctorxs que se sorprendían al ver genitales de personas trans, y jueces transfóbicxs que se rehusaban a acatar ciertas reglas. Uno de los hombres trans con los que hablamos nos comentó que muchas veces aunque las protecciones estén en papel, la práctica puede ser muy diferente. Sólo algunos meses han pasado desde que el precedente de la corte simplificó y dignificó el proceso y esperamos que el mensaje haya llegado a todas las ciudades, pueblos y jueces. 

Al escribir la decisión, la corte reiteró el derecho a todas las personas transgénero de ser tratadas con respeto y garantiza los derechos humanos de los tratados internacionales. Lxs jueces se basaron en la Opinión Consultiva en Identidad de Género y Matrimonio Igualitario de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual establece que la auto identificación de una persona es fundamental para el acceso laboral y educativo. La CIDH resaltó la importancia de la auto identificación, afirmando que sin ella, se puede vulnerar el acceso a los otros derechos fundamentales en manos de la discriminación y la transfobia. 

La Corte Suprema de Chile citó muchos tratados internacionales consagrando los derechos y libertades de TODAS las personas. Es ingenuo pensar que un bolígrafo puede remover toda la discriminación y el odio, pero si esa es la meta, ¿por qué mantener el status quo del género binario? ¿Por qué mantener las casillas para marcar femenino o masculino? ¿Por qué forzar a las personas transgénero a contratar abogadxs, pagar dinero y hacer malabares? ¿Por qué no abolimos esas casillas de una buena vez? ¿Por qué el sexo es tan importante si todos estos tratados internacionales dicen que todxs lxs humanxs somos iguales?